lunes, abril 21, 2008

Concurso de Poesía en Villa Ocampo


De pronto cambia el paisaje, los espíritus audaces se dan cita y hay suspiros que se encuentran.

Desde su solemne aposento, los querubines atestiguan la comunión y ya no soy ajeno a Villa Ocampo, sino el espíritu de todos los que me precedieron aquí y que permanecen.

Ya todos los caminos están cerca: los nuestros, el tuyo, el mío, el anhelado por otros y el que hoy sin temor, se avecina.

Forman parte de esta escena, la palmera ambiciosa que representa la prolongación de la tierra fértil, la bruma que desde el río avanza para envolvernos y los eslabones de tantos laberintos...

La cercanía que aleja para encontrar la perspectiva clave y condición de toda cercanía.

Ironías lujuriosas de ese Dios Creador del Universo que nos habita y sorprende en instantes y momentos.

Aquellos, siempre unidos, no idénticos que nos dan a la vez sentido de vida y de instrumento.

No importa entonces la proximidad, el fin del viaje solo cuenta y nos mueve el inicio, la curiosidad y la distancia que nos comienza.

Ya no cuentan los caminos que se acercan, sólo cobran sentido nuestros sueños que aún distantes, ya nos unen.




Sonia, 19 de abril de 2008.

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