miércoles, noviembre 29, 2006

Tarde de primavera en el Barrio Chino


Tarde de primavera. Transito por el barrio chino...algunos puestos en la calle venden dragones para la buena suerte, pulseras de jade, parches con alcanfor para las contracturas, y todo tipo de objeto típico del país lejano. Son pocas cuadras pero en ellas podemos encontrar muchísimos oficios. Algunos ya institucionalizados en nuestra cultura. Camino y camino, entro y salgo de bazares que venden de todo. Los monederos de seda me gustan. Si ya se, son algo kitsch pero que me importa, a mi, me gustan. Cajitas de música doradas con flecos colorados se seda colgando alrededor, bols y cucharoncitos de porcelana para tomar sopa, en fin, vajilla de todo tipo, forma y color, bolsos con monogramas que copian alguna marca italiana. De todo.
Entro en un centro de belleza oriental, el ambiente es calmo y decido hacerme un masaje. Chino, por supuesto.
Los anfitriones me preguntan que me pasa. Me pasan tantas cosas que les contesto: me pasa la vida.
Me hacen pasar a una sala de color rosa. Todo es rosado. Las paredes, las mantas, las fundas de las almohaditas...
Me desvisto y me acuesto. La masajista es una mujer corpulenta. Seria, pero atenta. Me entrego a sus manos. Ellas conocen la anatomía humana a la perfección. Me recorren al veces con fuerza y por momentos me acarician.
Es un placer estar ahí, en ese cuarto rosado a la hora de la siesta.Llovizna y escucho el golpeteo de las gotas sobre el techo de chapa ondulada. El barrio descansa al igual que yo. Más tarde se preparará para recibir a los visitantes nocturnos, para vender todas las chucherías que en algún momento trajeron desde tan lejos.
Las manos de la mujer están muy calientes, lo estaban desde el principio. Por momentos ésta habla con otra colega que está en el gabinete de al lado. ¿Que le dirá?, me imagino que le dice que yo no estoy bien, que mi cuello es una piedra.
Casi llegando al final la mujer me mueve los brazos en forma circular hasta dibujar un “ocho” en el aire.
- “Ocho en China número de la buena suelte”, me explica con el tono alto e imperativo clásico de los chinos.” Relajar y descansar un rato señolita, ya vuelvo...”

Bajo y me dicen que el masaje ya está pago. Una niña que se encuentra en el hall de entrada del salón, me señala un auto enfrente a la puerta. Voy hacia allí y alguien se acerca de costado, me abre la puerta con una sonrisa y me hace entrar. Es él. Hacía tiempo que no lo veía, hacía tiempo que no lo pensaba. Sentados en el asiento de atrás, no sé que decirle. La niña también china me saluda desde la puerta. Arrancamos y recorremos varias calles en ese antiguo auto con chofer. Miro por la ventana y ya hemos dejado el barrio chino. Claro, es tan pequeño que en un par de cuadras estamos en la gran avenida. El auto toma velocidad y él también. Su mano derecha se posa en mi pierna izquierda. Está fría, no como la de la masajista china que casi me quemaba el cuerpo. Recorre mi muslo hasta llegar hasta mi pie. Me dice que le gustan mis pies. Me sonrío y tomo su mano y la llevo hasta mi regazo. Entrecruzamos nuestras manos, con fuerza. El auto sigue por la avenida cada vez a más velocidad.
Un beso que dura todo el resto del trayecto me envuelve por completo. El auto se detiene en un hotel. El me invita a tomar algo una vez más como tantas veces allí. Muchas fue nuestro el lugar .Charlamos y nos reímos. No le quiero hacer preguntas, ni siquiera le pregunto porqué me hizo seguir todo el día hasta sorprenderme en el barrio chino.
Nos sentamos en una mesita apartada, me besa el cuello, me besa el pecho y me sonrojo. Siento que la humanidad entera es testigo de ese momento.
Hasta que me mira a los ojos por fin y me dice por primera vez que me ama.
Subimos a una habitación y ya en el camino he perdido toda mi ropa. Una gran cama es cómplice de lo nuestro hasta que llega el momento de levantarse...

Me miro los pies y el esmalte color coral de mis uñas. "A él le gustaban, ¿sabe?", le comento a la masajista china aunque se que no me comprende.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué romántico!!! Sólo pasará en los sueños? El cuento incita a ser continuado. ¿Qué viene después? ¿por qué esa mujer está tan tensa? ¿Quién ese caballero que aparece que la conoce a la perfección..?
A las lectoras soñadoras, nos gustaría saber cómo sigue la historia.Esperamos más.
Me gustó el cuento,abre muchas
posibilidades.
Las fotos de tu blog son hermosas.
Saludos , Ana