
Cuando llegamos al fin de un año, en medio de los atareados días que nos envuelven, un pensamiento no nos deja tranquilos: "¿Cuál fué nuestro logro personal en ese año que transcurrió?", ¿Qué hemos podido reparar y qué nos proponemos para el nuevo año?
Y es ahí donde me quiero colar: en nuestra vocación. Ese llamado que un día nos hacemos y al que no tenemos más remedio que responder, si queremos realmente ser.
"La vocación comienza con un llamado. Es un despertar de facultades y disposiciones que dormían adentro de nosotros, y que, convocadas por una voz que viene de no sabemos dónde, despiertan y nos revelan una parte de nuestra intimidad. Al descubrir nuestra vocación nos descubrimos a nosotros mismos. Es un segundo nacimiento. Por esto muchos artistas cambian el nombre que les dieron sus padres al nacer por otro, el de su vocación. El nuevo nombre es una señal, mejor dicho, una contraseña que les abre el camino hacia una región oculta de su persona. Vocación viene de vocatio: llamamiento; a su vez vocatio es un derivado de vox. Y vox responde a la inspiración con que Dios llama a un estado de perfección.
Aunque el significado religioso de vocación se ha extendido a otros campos, sobre todo a los del arte y el pensamiento, la palabra designa, en todos los casos, a dos actos correlativos: el llamado y la respuesta.¿Quién o qué nos llama? No lo sabemos a ciencia cierta; es un agente exterior; una fuerza, un hecho en apariencia insignificante pero cargado de sentido, una palabra oída al azar, qué se yo; no obstante, aunque viene de fuera, se confunde con nosotros mismos. La vocación es el llamado que nos obliga a salir de nosotros mismos. La vocación es un puente que nos lleva a otros mundos, que son nuestro verdadero mundo" (palabras que Octavio Paz escribió allá por 1990, cuando su mujer Marie José expuso sus maravillosos collages por primera vez, después de 15 años de que su vocación apareciese por primera vez).
Y con humildad y convicción, creo que eso es lo que deberíamos tratar de conquistar en cualquier momento de cualquier año, claro, ¡Siempre y cuando el llamado nos sorprenda y nos dejemos atrapar!
¡Felíz año nuevo y gracias!
1 comentario:
Muy cierto, como todas tus reflexiones
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